Se utiliza tradicionalmente en la medicina natural, la cosmética y como laxante. Su componente principal es el ácido ricinoleico, que le confiere muchas de sus propiedades beneficiosas.
Hidratación de la piel:
Gracias a su alto contenido de ácidos grasos, el aceite de ricino es un excelente hidratante para la piel. Es ideal para tratar piel seca, irritada o áspera. Se utiliza para calmar la piel después de la exposición al sol o para suavizar la piel en áreas ásperas como los codos y las rodillas.
Estimula el crecimiento del cabello:
El aceite de ricino es popular por su capacidad para fomentar el crecimiento del cabello. Se cree que estimula los folículos pilosos, lo que puede ayudar a prevenir la caída del cabello y promover el crecimiento más rápido y saludable.
Propiedades antiinflamatorias:
El ácido ricinoleico en el aceite de ricino tiene propiedades antiinflamatorias. Esto lo hace útil para aliviar dolores musculares o articulares cuando se aplica de forma tópica, y puede ser útil en afecciones como la artritis.
Antimicrobiano:
El aceite de ricino posee propiedades antimicrobianas que lo hacen útil en el tratamiento de heridas menores, quemaduras o infecciones de la piel. Puede ayudar a prevenir infecciones en cortes o abrasiones.
Tratamiento de la caspa y cuero cabelludo seco:
Al masajear el aceite de ricino en el cuero cabelludo, este puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y reducir la sequedad. Además, sus propiedades antifúngicas pueden ser beneficiosas para combatir la caspa.
Laxante natural:
El aceite de ricino tiene un efecto laxante cuando se ingiere, por lo que se utiliza comúnmente para aliviar el estreñimiento. Sin embargo, debe ser utilizado con precaución y bajo supervisión médica, ya que puede causar efectos secundarios si se toma en grandes cantidades.
Cuidado de las pestañas y cejas:
Muchas personas usan aceite de ricino para fortalecer y promover el crecimiento de las pestañas y cejas. Su aplicación regular puede hacer que las pestañas se vean más largas y gruesas.
Mejora la salud de las uñas:
El aceite de ricino puede ayudar a fortalecer las uñas débiles o quebradizas y mantenerlas hidratadas. Se puede aplicar directamente sobre las uñas y las cutículas.
Para la piel: Aplica unas gotas directamente sobre la piel seca o irritada y masajea suavemente. Puedes usarlo también en zonas como codos, rodillas o talones.
Para el cabello: Masajea el aceite de ricino en el cuero cabelludo y las puntas del cabello, dejándolo actuar durante 30 minutos a 1 hora antes de lavarlo.